Por Victor Alvero.
Ganó Mayra y su victoria en estas elecciones PASO fue más que importante, no solo para Unión por la Patria, sino para la salud democrática de este pueblo.
La oferta electoral en Quilmes también contenía platos fuertes dentro de la oferta de la derecha, los discursos de odio y de exterminio también se escucharon por las calles de los jardines robados del turco Asís. Sin embargo, la mayoría de vecinos y vecinas votaron a una mujer que transitó barrio por barrio hablando de amor y esperanza.

Con el 40% de los votos, la piba callejera de Kolinos, demonizada por la prensa y subestimada por propios y ajenos, volvió a abrirse paso en la política. Ganó Mayra, gano “esta mujer” que ha conquistado a una parte del pueblo quilmeño y que recibe muestras de amor como si fuera una rockstar.
¿La receta fue girar su discurso hacia al centro o la derecha o tratar de superar la grieta con logros de gestión y discursos que proponen la amorosidad entre todos y todas?
Si perteneces a la parte obsoleta de las y los analistas políticos que no pueden ver más allá de territorialidades y análisis académicos, dirás que fue la gestión, que sin plata no hubiera llegado y este presente sería parte de una ficción, Indio tiene razón al hacerte aquella pregunta hace ya más de tres décadas: ¿De qué lado de la mecha te encontrás?
Mayra recoge el espíritu militante de los 90, rescata el caminar comprometido de los 70 y le suma su experiencia de militancia de la década ganada que trajo consigo la amplitud de derechos y la distribución de la riqueza.
Quedan semanas hasta la elección que definirá quien se sentará desde el 10 de diciembre en el sillón de Alberdi 500 y con este panorama creo que la pregunta no tiene nada que ver con nombres sino con formas, o se sienta el autoritarismo y la persecución o la solidaridad y amorosidad.
Nada está perdido si a alguien se le ocurre seguir levantando banderas de fraternidad democrática y hasta aquí pareciera, y por suerte, que Quilmes eligió el calor humano del amor… que ya sabemos vence al odio.