El Banco Central de la República Argentina detalló en su último informe una radiografía de la situación alarmante que viven las familias, 300 mil no pueden cubrir los gastos generados con tarjeta de crédito.
Sumado a la suba de la inflación por tres meses consecutivos, con paritarias congeladas o la baja y una sangría permanente en materia de desempleo, se suma la morosidad en los pagos de créditos personales y tarjetas de crédito.
El dato por sí solo no muestra la envergadura de la crisis que transita el país y en especial una alta porción de la población, el que no solo hace ruido, sino que alerta hacia el futuro, es el que indica que quienes usan su tarjeta de crédito, en un 58% lo hacen para comprar “comida”.
Con este dato, el crecimiento de la morosidad es un indicio claro y a tener en cuenta por la mala salud que vive hoy la clase media. Hoy hay 14 millones de tarjetas de crédito en el mercado, la porción más importante de estas, han sido expendidas a trabajadores bajo convenio, es decir, empleados y empleadas en blanco, en ese universo, que cubre solo al 40% del país, la situación es apremiante.
La mora creció solo en un año el doble, saltó del 1,9% en 2024 al 3,8%, mientras que las deudas de préstamos personales escalaron del 4,1% al 5,6%. Las billeteras virtuales, y en especial Mercado Pago, también registran importantes moras, que con las tasas que ha dispuesto el equipo económico libertario las convierten en un peligro latente para las familias.
Quienes llegan a cubrir sus obligaciones, no salen del círculo vicioso, sino que vuelven a endeudarse y a correr nuevamente el riesgo de no poder cumplir con los pagos. Sin aumentos salariales y con el trabajo comenzando a escasear, no hay forma para remendar los errores en materia de consumo, que no se recupera y que deja saldos como el cierre de miles de Pymes.