A las 7:35 de la mañana, hora italiana, falleció Jorge Mario Bergoglio, nuestro Papa Francisco. Estaba internado desde el 14 de febrero pasado por una afección respiratoria que no pudo superar.
Falleció el argentino Jorge Bergoglio, el Papa latinoamericano, el único en 1300 años en no ser europeo. No pasó por el Vaticano sin dejar huellas, cercano a las y los más vulnerables, supo ser su voz y hacer de sus demandas las de la iglesia católica. No escondió la basura de la Santa Sede bajo la alfombra, fue valiente y fue detrás de quienes cometieron abusos, fue además un Papa sencillo, lejos de los lujos y los grandes honores, viajó por el mundo como ningún otro, salvo a su propio país, y no tuvo miedo en tomar partido en disputas ideológicas.
Francisco deja un vació enorme en la historia de la iglesia y en su propio país. Peronista y militante de la economía popular, se ganó el odio y rechazo de las clases acomodadas del país.
Hoy, día de su partida, una feroz congoja cubre al campo nacional y popular.
Murió Francisco y nos sentimos un poco más solos que ayer.
