Alejandro Bercovich criticó el discurso que Amos Linetzky diera el jueves pasado y la DAIA tildó hoy al periodista de terrorista.
El jueves pasado Linetzky dio el discurso central en el acto donde se recordó el brutal atentado que dejó 85 muertos y cerca de 300 heridos, y del cual se cumplieron 30 años y este, fue casi una adhesión a conceptos libertarios.
El titular de la AMIA tuvo como blanco al feminismo y a organismos de DD HH, nacionales e internacionales, incluida la Cruz Roja. Fustigó al colectivo “Ni una Menos” por no referirse a las mujeres víctimas del atentado de Hamas el pasado 7 de octubre y fue contra los organismos de DD HH por no condenar el ataque terrorista y criticar la “defensa” del estado de Israel.
Lo cierto es que el atentado del 7 de octubre pasado decantó en una brutal respuesta que hoy ya se considera un genocidio. Israel no respeta, ni escucha, a la comunidad internacional y su gobierno de ultra derecha, conducido por Benjamín Netanyahu, continua su escalada de violencia en la franja de Gaza.
La DAIA emitió un comunicado donde elige al periodista Alejandro Bercovich como blanco y lo acusa de ser terrorista, antes afirma que hacen propias cada una de las palabras de Linetzky: «Tras el editorial del periodista Alejandro Bercovich refiriéndose al discurso del presidente de la AMIA durante el acto del 18 de julio, la DAIA expresa que suscribe a cada una de las palabras de Amos Linetzky».
«La asociación que realiza el periodista constituye el mismo terrorismo que mató en la Argentina dos veces, en otros países y en el Estado de Israel el pasado 7 de octubre«, señalaron desde la ONG y agregaron: «El presidente de la AMIA expuso la continuidad del terror, el silencio cómplice y la asociación con Estados terroristas que manifiestan su odio al pueblo judío pretendiendo su eliminación».
«Los discursos valientes y claros provocan la molestia de aquellos que siguen negándole al Estado de Israel el derecho a su defensa», concluye el comunicado.
Pasaron 30 años, varios gobiernos, fiscales, espías, policías, diplomáticos y no hay culpables, pero un periodista es terrorista y culpable de dos atentados, solo por opinar.