Hace días, cuando se llevaba adelante LA Marcha Nacional Universitaria, Horacio Rodríguez Larreta fue abucheado e insultado, hechos que siempre deben ser rechazados e impugnados para una sana convivencia democrática.
Expresado esto y a modo solo de buscar un porqué de estas hostiles actitudes, podríamos recordar las significativas y numerosas compulsas que lo enfrentaron con la comunidad educativa pública.
Sus constantes recortes y ajustes lo convirtieron en un profundo adversario del sector publico de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Ahora, lo que está llevando adelante Jorge Macri desde su desembarco en la Casa de Gobierno porteño en el barrio de Parque Patricios, no tiene antecedentes.
Esta vez la sorpresa es en la ejecución del presupuesto que esta sujeto a la ley Ley 3372, establece en su artículo 5 que los recursos percibidos en concepto de FUDE (Fondo único Descentralizado de Educación) deben ser destinados a la ejecución del plan anual.
Es decir que el dinero servirá para comprar desde papel higiénico, pasando por lavandina, hasta librería indispensable para llevar adelante tareas de administración y estas compras las llevarán adelante las cooperadoras escolares.
Este el marco y la acción a desplegar, solo que en este caso puntual, el jefe de gobierno destinó una cifra ínfima por alumna o alumno. A modo de ejemplo, el periodista @MDSuarezdel diario Tiempo Argentino, nos indica que “este año la cooperadora de la Escuela Esnaola recibió $4.063.131, para una comunidad estudiantil que llega a 1.800 alumnos. Al dividir el monto total por la cantidad de estudiantes, el gobierno destinó sólo $2.257 por alumno, es decir, en 190 días de clases para el ciclo 2024 esto representa apenas 12 pesos diarios para cada uno. A otras cooperadoras escolares llegaron montos que rondan entre los $2500 y 4500 pesos por año por estudiante. Tomando la cifra máxima, el monto total promedio representa apenas 25 pesos por día por alumno”.