Según se desprende de una newsletter Argendata de la organización FUNDAR, en argentina 8 millones 800 mil personas trabajan en situación de informalidad o fuera de convenios colectivos.
El tablero que propone el mercado laboral en nuestro país cada vez es más cerrado y deja a millones fuera de los beneficios de poder contar con un empleo formal con todas las garantías necesarias, desde ser parte de convenios colectivos, hasta contar con derechos básicos como vacaciones, aportes previsionales o aguinaldos.
De este inmenso universo, 5 millones y medio son asalariados, es decir que cobran mensualmente, pero su relación con sus empleadores es en negro, no cobran ningún tipo de beneficios, incluido los aportes previsionales, lo que atenta en el futuro de cada uno de estas y estos argentinos, generando para el futuro un deterioro aun mayor de nuestro sistema previsional.
Cabe recordar, a modo de graficar como es este presente y las proyecciones para el futuro, que el gobierno nacional buscó avanzar en una reforma laboral encubierta en el famoso mega DNU 70/2023, allí se eliminaban todo tipo de multas a las y los empresarios que no hicieron o hicieran los partes correspondientes.
Además, en estos últimos 16 meses el desempleo ha aumentado y las proyecciones no son auspiciosas, lo que abre un peligroso interrogante hacia el futuro en materia de derechos laborales. Por otro lado, esmerila el poder de los sindicatos, hoy un 42% de las y los trabajadores al no tener un empleo en relación de dependencia con todas las garantías, no tienen la posibilidad de la representación gremial.
El resto de estos trabajadores, unos 3 millones 300 mil, son independientes bajo la figura de monotributistas, una modalidad que no para de crecer en nuestro país.