«Milei va por la destrucción definitiva de la clase media»

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Por Ezequiel Arauz

Lento pero inexorablemente se termina un año cruzado por lo electoral. El gobierno de Milei, salió indudablemente fortalecido a nivel nacional y a nivel provincial. Si bien en lo local, Mayra y el proyecto político y de gestión quilmeño ha sido refrendado ampliamente por las urnas una vez más, la situación deja un innegable sabor agridulce.

Es que en el país, y con Quilmes adentro, obviamente, hay una retracción total del mercado interno, no se crea trabajo, el esfuerzo argentino no es puesto en valor, sino todo lo contrario.

Los festejos del equipo económico y sus voceros mediáticos no advierten en beneficios concretos para los de a pie, pequeños comercios e industrias. Abajo no hay un mango.

La inflación que mermó a costo de frenar a cero la economía, la obra publica y todo en general, tampoco termina de declinar de forma contundente en comparación al sacrificio al que es sometido el pueblo desde diciembre de 2023, en base a ajustes sonre ajuste y recortes de motosierra sin solución de continuidad.

El esquema económico de Milei, endeudamiento y anchos «salvatajes» extranjeros mediante, apunta a dividir a la sociedad argentina en dos bloques: uno ganador en esta realidad, que vive en dólares y es beneficiario de viajar y adquirir bienes de alta gama, muy minoritario y otro mayoritario que se empobrece, se precariza, abandona consumos antes básicos y hoy realmente inaccesibles.

Es lo que Toto Caputo marcó ya como destino: Perú. Es decir, una economía que se concentra y en la que no debate de forma alguna la distribución de la riqueza ni la garantía de derechos por parte del estado. Política débil e inestable frente a un poder económico muy poderoso.

En ese sentido se inscribe la «modernización» laboral que impulsan ahora Milei y Sturzenegger, que más allá del alegre título, no es otra cosa que la profundización de las cuestiones más injustas para los trabajadores argentinos. Un retroceso marcado en favor del capital y en detrimento de los laburantes con la excusa falsa pero atinada de generar empleo, con el objetivo real de facilitar despidos y recortar conquistas.

De fondo y estructuralmente, hay una destrucción definitiva de la clase media, que en nuestro país, aún en declive, sigue siendo relativamante extendida, en el comparación con la mayoría de países de la región.

Economías primarizadas, países dependientes, recursos naturales estratégicos regalados a cambio de nada, de ningún beneficio, nula organización sindical o social, nula puja salarial, nulo movilidad social, países cada vez más desiguales y violentos.

Ese destino aparente y en desarrollo, no encuentra hoy, lamentablemente, contraposición social ni política suficiente como para alterar los acontecimientos. La CGT a la defensiva, de reacción tardía y tibia, las CTA muy debilitadas en su poder de movilización y su rol originario, el sindical; los movimientos sociales flacos y muy deslegitimados en su accionar.

La política popular está en crisis de representación y enfrascada muchas veces en debates inútiles. Gobernadores negociando gobernabilidad por migajas convenientes y costosas. Cristina, su figura presa más relevante proscrita encerrada e injustamente cuestionada «desde adentro» como parte de una división de destino inentendible…En fin.

Arribamos a un fin de año en el que no parece haber demasiadas cuestiones para la celebración. Y aún así, la historia y las luchas populares no terminan. Levantamos la copa renovando la confianza en nuestro pueblo, con serenidad, lealtad, cabeza y corazón, que acá nadie se rinde!

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