Finalmente se conocieron las sentencias y las penas para los ocho acusados por el crimen de Fernando Báez Sosa.

Nadie quedó fuera de este juicio, desde hace unos tres años el asesinato de Fernando a la salida de un boliche en la ciudad balnearia de Villa Gesell despertó la indignación y el dolor popular.

Ayer la justicia comenzó a cerrar este caso, el principio para que la mamá y el papá de Fernando puedan aliviar, si es que esto es posible, su dolor. La decisión del tribunal, dura y ejemplificadora, más allá del sentir colectivo, será seguramente atravesada por la mirada de la Cámara de Casación en algunos meses más y todo indica que llegará hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación.

«Me voy en paz, me voy aliviado», dijo Silvio, papá de Fernando. Aunque cree que la condena para Viollaz, Pertossi y Cinalli fue insuficiente: «Se quedaron cortos. Los doctores van a apelar. Yo esperaba 25 años o perpetua».

«Ahora tengo que ponerme fuerte y acompañar a Graciela en todo. Hay que seguir adelante porque esto no termina», anticipando lo que será sin duda el comienzo de una nueva instancia judicial.

La jueza María Claudia Castro y los jueces Emiliano Lazzari y Christian Rabaia entendieron por unanimidad que Máximo Thomsen (23), Ciro Pertossi (22), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23) y Luciano Pertossi (21) fueron coautores del delito de «homicidio doblemente agravado por el concurso premeditado por dos o más personas y por alevosía en concurso ideal de lesiones leves», por los que los condenaron a perpetua. Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23) y Lucas Pertossi (23) fueron considerados partícipes secundarios del mismo delito a una pena de 15 años de prisión.

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