La jornada de huelga de la UTA complica a millones de pasajeras y pasajeros en el AMBA, el gobierno insiste en pisar paritarias y desde el gremio amenazan con continuar con la medida de fuerza por tiempo indeterminado.
El conflicto de las y los trabajadores de las empresas del transporte automotor en el AMBA transita un nuevo capítulo que podría escalar en las próximas horas. El abogado del gremio, Gabriel Gusso, declaró en AM 530 que las bases reclaman que si no hay acuerdo el paro se extendería en el tiempo hasta conseguir que sus demandas sean resueltas.
«Las bases están pidiendo que si hoy el Gobierno no llama a Roberto Fernández (conductor de la UTA), queremos un paro por tiempo indeterminado», advirtió el abogado.
El gobierno nacional continúa en su estrategia de pisar paritarias que superen el 1% mensual como una de las herramientas para frenar la inflación, la cual pegó un fuerte salto en el mes de marzo cerrándolo con un IPC que alcanzó el 3,7%.
«Hay mucha desesperación en las bases. Están pasando hambre», alertó el letrado y, también, se refirió al anuncio de la administración libertaria de quitar subsidios a las empresas que no garanticen el 50%: «Hay una extorsión del Gobierno. Se quieren llevar el mundo por delante».
El tema de la quita de subsidios, algo que seguramente se llevará adelante tras la elección de octubre, debería haber comenzado en el mes de marzo, pero el dato del IPC retrasó su implementación. Cabe recordar que desde la cartera comandada por Luis Toto Caputo se anunció el año pasado, esto indicaría que los valores en las tarifas de servicios, incluído el transporte público automotor, se actualizarían de forma significativa.
En varias oportunidades desde las cámaras empresariales del sector de transporte alertaron que para que el servicio sea eficiente necesitarían un boleto mínimo de $1200 pesos, lo que impactaría fuertemente en el poder adquisitivo de la clase trabajadora.
Aun así, con este dato preocupante, el conflicto podría continuar gracias a la terquedad del gobierno en seguir no dejando en “libertad” a trabajadores y empresarios a la hora de negociar sus recomposiciones salariales, poniendo en peligro el libre desarrollo de las actividades.
El conflicto se ha desatado y tal como se preveía será duro de resolver.