Llegó el día donde “la banda de los copitos” enfrenta el juicio que los tiene como acusados por el intento de asesinato contra Cristina Kirchner.
El 1° de septiembre de 2022 Fernando Sabag Montiel era captado por decenas de cámaras, de televisión y de celulares, apuntando a la cara de la vicepresidenta, gatillando dos veces y escapando.
El tiro no salió, en el momento Cristina no se percató del peligro y la historia parecía no terminar en una tragedia nacional. Sin embargo, la investigación que llevó a juicio a Sabag Montiel y sus socios, Brenda Uriarte y Nicolás Carrizo, ex novia y empleador, respectivamente, pareciera ser la parte más siniestra de este hecho.
Hoy, Cristina republicó en sus redes, con el título: “Más claro echale agua”, un post de Juan Martín Mena, hoy ministro de justicia de la provincia de Buenos Aires, que detalla los puntos más oscuros de la investigación que llevó a estas tres personas a juicio, y que dejó afuera a quienes funcionaron como instigadores y financistas
“Salvo honrosas excepciones, el silenciamiento mediático y de la dirigencia política, resulta igualito al de jueces y fiscales que tienen la responsabilidad y obligación de investigarlo. Un liso y llano encubrimiento”, señaló el ministro bonaerense en sus redes.
Mena, en 10 puntos, hizo sólida su teoría de encubrimiento.
1) El contenido del celular del atacante se borró al otro día del atentado, ocultando información imprescindible y estando en poder de la jueza.
2) Nunca se profundizó sobre las supuestas organizaciones políticas que rodeaban a los atacantes (Revolución Federal, nueva Centro Derecha, entre otras). Esas organizaciones nacieron meses antes del atentado, recibieron financiamiento político, y desaparecieron al otro día del 1 de septiembre de 2022.
3) Sus integrantes se paseaban y fotografiaban con Patricia Bullrich y asisten hoy al congreso invitados por diputados del oficialismo. Recibieron decenas de millones de pesos de la familia Caputo los meses previos al atentado.
4) 15 días antes del atentado, en una reunión virtual habían explicado cómo hacerlo. Exactamente la misma mecánica del hecho que ejecutaron los atacantes.
5) Un testigo oyó decir a Gerardo Milman, mano derecha de Bullrich, dos días antes del atentado: «Cuando la maten voy a estar camino a la Costa”.
6) La justicia esperó todo lo que pudo, esperó que lo sepa Milman, y meses después le ordenó que entregue sus teléfonos. El contenido de los celulares de Milman y sus secretarias estaba completamente borrado. Es más, entregó un modelo de teléfono que salió a la venta tiempo después del atentado. A la jueza ni siquiera la ofende que le tomen el pelo.
7) En mayo de 2023 una de las secretarias del Milman declaró que ella, Milman y otra colega fueron citados en noviembre de 2022 en las oficinas de la Fundación de Patricia Bullrich donde un experto en informática borró durante más de 4 horas los teléfonos de todos.
La jueza y el fiscal decidieron no investigarlo.
8) Estando preso, el atacante dijo por escrito que de su situación debía hacerse cargo Hernán Carrol (líder de Nueva Centro Derecha). La jueza otra vez se encargó de esperar hasta que Carrol lo sepa. Cuando le pidió su teléfono. También había sido completamente borrado los días previos. La jueza nunca lo investigó.
9) Carrol compartió un viaje al exterior con el jefe de gabinete de Milman. Tras un año y medio de requerir que se investigue ni siquiera resultó relevante para la jueza saber si ese viaje existió.
10) No se profundizó nunca sobre la vecina de CFK, Ximena Tezanos Pinto, quien los días previos deseaba que los kirchneristas que estén “presos, muertos o exiliados”, mientras hacía ingresar al edificio a los integrantes de revolución federal.